jueves, 23 de diciembre de 2010

Las chiquillas de hoy en día



A veces uno se las da de visionario, de crítico y hasta –porque no- de revolucionario, de comunacho. Nos creemos la mayor parte del tiempo conocedores de un cierto porcentaje de información que al fin de cuentas no sirve para nada. En resumen nuestros conocimientos del mundo actual son tan limitados que no sabríamos que responder, pero ¿por qué hablar de cultura?, ¿Por qué inculcar a los niños el habito – por ejemplo- de la lectura?, queridos lectores (copuchentos por cierto) sin ánimos de prejuiciar a nadie, sin ánimos tampoco de enmarcar de “optima” la vida de algunos, ni tampoco de insultar a cualquier personaje, pero que asquerosa es la sociedad que estamos construyendo, vemos en la televisión mas desastres que acontecimientos agradables, el mundo completo esta colapsando con la idea, seamos un poco observadores, un poco más sensibles, un poco menos humanos… pero para que le meto tanto color, si mi opinión no va a cambiar el mundo, a menos que el mundo tenga muy mala suerte.

Hace unos meses tuve una idea bastante extraña, como de otro planeta, de otro mundo –aclarando que, no fui absorbida por extraterrestres o algo similar- si bien, luego de escribir la miserable historia de la Daris, en su prostíbulo pituco del Alemania, sentí como una iluminación cósmica a las mujeres fáciles- no me refiero a un atractivo físico ni menos sexual, sino a una pura e insana curiosidad-. Que arriesgadas ellas, yo las admiro. Me llaman inmensamente la atención la facilidad de entrega, la ropa, las modas, los bailes, las palabras, los embarazos prematuros...siempre que veo a una embarazada con carita de tierna, como que me enternezco, ¡me da una curiosidad!, unas ganas de acariciar esa panza gorda y llena de estrías, me dan ganas de preguntarles tantas cosas, saber si están solas, si tienen conciencia de lo que hacen, etc, también a veces mas osadamente me dan ganas de tener uno, pero afortunadamente me arrepiento pronto.

En honor a esto he pensado mil cosas, estoy un poco obsesionada con la idea de una entrevista, una fiesta, una conversación con un vinito callejia´o con algún travesti o una chiquilla casquivana. Seria genial aquel choque de culturas e ideas, pero ¿cuál es el subterfugio de hacer esa seguidilla bastante enferma?, ¿será que en fondo y después de todo, no hay libres en este jodido mundo? Eso estaría bien después de todo, ¿para que quiero tanta libertad?(...)

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