lunes, 19 de octubre de 2009

Luna otoñal


Recuerdo que ese día llegue tarde a casa, había un silencio extraño en la sala de estar, hubo una pausa, el breve segundo de paz que hizo constante el pito en mi oído, así que simplemente me senté en el sofá, cerré los ojos, me detuve mentalmente dejé que ese remolino de ideas y recuerdos no fuera un desespero, sino que un estado natural, un estado relativo. Afuera llovía (como de costumbre en estos tiempos), aun así la luna se veía redonda y naranja a través de las cortinas, una luna aterrorizante, solemne y tranquila. No podía faltar el vacio y el silencio en la casa, me pare; tenia sed, mientras mas pasos daba hacia la cocina, mas escalofriante se ponía la escena y mas se filtraba en el pasillo la luz aun rojiza d la luna otoñal. Hacia frío y me decidí por una copa de coñac añejo que había traído Alex en el viaje a Buenos Aires, faltaba poco para que el llegara, quizás se mejor que encienda las luces, que tenga el teléfono a mano por si hay una emergencia y me quite esta cara de espanto para cuando llegara el y me diga: “ que linda estas” y yo sonría cortésmente sin creerle nada, sin nunca creerle, claro, ¿para que hacerlo?, supongo que a Alex le bastaba con mis mentiras (…) , atormentada en ideas encendí una luz, la del pasillo a la calle. La luz chispeaba.

En la cocina sentí un ruido molesto a mi lado derecho, mire de reojo, pero entre la oscuridad entrecortada no se distinguía mas que una silueta muerta, mi corazón se acelero maniáticamente y quede perpleja bajo un absoluto asombro. El sabor escandaloso del coñac endulzaba mi boca acida en palabras, aterrada quise marcar a Alex al teléfono, me di vuelta hacia el pasillo y aquello que antes me pareció una sombra, ahora me sujetaba fuertemente el rostro. Estaba el frente mío, me clavo su mirada entre los ojos, su reflejo vagamente aterrador, vagamente macabro, cuando lo vi , así, en su total (o mediana o fugaz) expresión de asombro, pude recordar su rostro, me relaje, pero… ¿Qué hacia “el” en casa? Y a esta hora… ¿ piensa matarme de un susto? Además “el”…el sabe que Alex esta por llegar…

Su cabello alocado y largo caía hermoso en su rostro pálido, mis dedos alargadísimos sujetaban enfermizamente su pera, mientras el, mudo de contemplarme, callaba. No quise preguntarle nada, aproveche mi tiempo al máximo y si llegaba Alex le inventaría que vino un ladrón o lo que sea. Yo sabia que los minutos con el eran escalofriantes pero ese día…ese día admito, algo andaba mal. Las llaves estaban sobre la mesa y a su lado, muy cerca el inhalador azul de Alex, el teléfono aun descansaba en mis manos, a mi alrededor la vista perdida de todas las cosas libero en mi cerebro una maraña de ideas frías, irracionales y mas frías aun. ¿Qué pensara el cuando me ve? Y peor aun ¿Qué pienso yo?, pienso cuando lo veo que su mirada fría y calculadora llega a mi serena y tiernamente, pienso que sus ojos son eternos, tan caóticos y viciosos.

Al verlo tan fijamente el se alarmo, soltó mi rostro y sus manos húmedas rodearon mi cintura, su boca se dirigió a mi oído, y desde ahí desgrano lo inimaginable. El quería acabar con todo, yo opte (como siempre) por lo mas fácil.
Seré rápida – agregue- prometo no sentirás nada, el asintió con la cabeza, silencioso y se dejo morir.

(…)

La lluvia de afuera había cesado. Me acerque a la mesa, tome el inhalador azulado y lo presione en mi boca, acto seguido encendí un cigarrillo rojo( el fumaba de esos, no lo entiendo, saben horrible), de su cuello salía espesa la sangre que manchaba la alfombra y su pecho aun jadeaba entrecortadamente. Me acerque a el de puro curiosa, y al instante de verlo, mi interior exploto en una risa frenética y tupida, pero claro, me mantuve en silencio, absorta contemplando su ida. Cuando el ceso de quejarse, la luz de un auto venia desde afuera. Era Alex.

Cuando entro a la casa su imagen hermosísima resaltaba en el silencio de la sala. Corriendo me apretó entre sus brazos y agrego desesperado.

- ¿ Que paso Luisa? ¿estas bien? ¿Quién es este tipo? ¿te intento hacer algo? ¿Cómo…?- me lleno de preguntas, aterrado, mientras marcaba a la policía.

- Es…es un ladrón…- dije y luego no dije mas.

EVA.-

2 comentarios:

  1. Te amo










    (en lo que poeticamente se refiere)
    XD listo el comentario para webear y desconcertar.
    ahora el comentario serio:

    Primero era tu amante, luego paso a ser Alex (el esposo de luisa por lo que deduje), y termino siendo un ladron.

    O Alex siempre fue un ladrón y todo el ajetreo amoroso fue un momento catartico de Luisa, algo asi como "La Última Niebla?

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  2. En verdad nunca lo habia resuelto mmm pero ahora que me haces pensar...eee me da que Alex(su esposo) era saboteado sentimentalmente con "El otro", es más facil para Luisa hacerle creer al mundo que es un ladrón, ¿no?

    PD: Gracias por el comentario para webiar y desconcertar xD

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